sábado, 17 de junio de 2017

Otra crónica de Buenos Aires: Avenida Corrientes, la calle que nunca duerme. Parte II

Y atravesando Avenida Callao ya estamos en el “microcentro”. En la propia esquina sureste, la disquería y librería “Zival’s”, y en la esquina noreste, el café “La Ópera”, nos dan la bienvenida a una zona donde las luminarias están a su máxima expresión y abundan cafés y pizzerías, disquerías, teatros, librerías y librerías de viejo donde uno puede revolver estantes y mesas hasta encontrar siempre algo interesante para comprar.

Avenida Corrientes

Entre Rodríguez Peña y Montevideo, frente al complejo teatral “La Plaza”, aparece uno de los “cafés notables” de Buenos Aires: la tienda de especias y café “El gato negro”, lugar donde apenas uno entra lo invade el aroma de las especias. Mesas redondas y viejas sillas de respaldo redondeado, estanterías trabajadas en madera y, en el techo, ventiladores al estilo de Casablanca que apenas giran.

Sal del Himalaya  y canela en rama en el Gato Negro

El Gato Negro

Llegando a Montevideo, en una de las esquinas, otro café notable: “La Paz”, lugar de reunión de los intelectuales de izquierda en las décadas del ‘60 y ‘70 y que obviamente después de la última dictadura militar ya no lo fue.
En diagonal a “La Paz” estaba otro de los míticos cafés porteños, el “Ramos”, hoy una pizzería. No quiero saber qué pasó con la pared que tenía el mural con las caricaturas de las principales figuras del tango, porque ya no está.

Café La Paz

Entre Montevideo y Paraná está el “Teatro Municipal General San Martín”, una mole de alrededor de 10 pisos con salas teatrales y espacios para congresos y exposiciones.

Teatro San Martín

Entre las muchas librerías que hay en estas cuadras, en Corrientes casi esquina Uruguay está la “Librería Hernández”, una de las pocas que seguía vendiendo libros de izquierda durante la última dictadura, y donde consigo los libros de Editorial Valdemar, y donde están a la venta algunas antologías de Tere, mías y de amigos.
Una cuadra más adelante, en la esquina noroeste de Corrientes y Talcahuano, hay un café a donde fuimos muchas veces con Teresa: “Ouro Preto”, muy clásico y muy cómodo, y con un excelente café.

Obelisco


Y finalmente llegamos al cruce de Corrientes y 9 de Julio: el Obelisco, ícono de Buenos Aires, zona iluminada por múltiples pantallas digitales al estilo Times Square y lugar de festejos deportivos, recitales gratuitos y actos políticos; como, por ejemplo, los cierres de campaña de 1983, el del Radicalismo (adonde fui con mi familia a escuchar a Raúl Alfonsín y a recitar con él en voz alta el preámbulo de la Constitución Nacional) o el del Justicialismo.

Acto de cierre de campaña de Raúl Alfonsín en Octubre de 1983

Una cuadra y media más adelante están dos de los ex-cines, ahora teatros, más importantes de Buenos Aires: el “Ópera” y el “Gran Rex”. En este último vi mi primera película de acción, una de James Bond: “Vivir y dejar morir” con Roger Moore. Recuerdo que en hall estaba en exhibición una “Bermuda Yarará Evinrude”, la lancha de fabricación argentina que aparecía en la peli. Años más tarde, recién casados, Tere me llevó a ver a mi cantante favorita, Patricia Sosa.

Teatro y cine Gran Rex

Patricia Sosa

Entre la 9 de julio y el “bajo”, Corrientes corre paralela a la peatonal Lavalle, la ex “calle de los cines” (ahora solo uno o dos sobreviven), el resto fueron convertidos en negocios de diversa índole.
Pero volvamos a Corrientes. A unos pasos de Esmeralda había un café llamado “Carmín” al que iba a estudia por las mañanas antes de ir a trabajar, y donde servían un capuchino de tres colores con canela y chocolate rayado excelente. Después de estudiar o leer algún libro de Editorial Ekin sobre la guerra civil española en Euskadi, iba a la vinería-cigarrería que estaba al lado a comprarme alguna botellita de colección, y después al locutorio para hablar un rato por teléfono con Tere.
En la esquina siguiente, la de Maipú, está el edificio de la Telefónica de Argentina, ex E.N.T.E.L.; por Maipú, casi en la esquina, está la bombonería “Corso” donde comprábamos los huevos de Pascua y latas de bombones, RIQUÍSIMOS.

Reloj en el frente del Edificio Transradio en "La city"

A esta altura empiezan a aparecer algunas sedes bancarias porque estamos llegando a “La City”. Cruzamos la otra peatonal, Florida, y podemos decir que ya estamos en ella. Es una zona llena de sedes de empresas multinacionales, casas centrales de bancos y organismos oficiales. La frase del Presidente Arturo Illia, derrocado por un golpe militar en 1966, era más o menos así: “Me echaron las diez cuadras a la redonda que rodean la casa de gobierno”, bueno, en esta zona estamos en el rango.
Unas cuadras más, y llegamos al “bajo”, cerca del viejo puerto de Buenos Aires y actual barrio Puerto Madero, el barrio más nuevo de Buenos Aires, el final de nuestro recorrido. A la derecha, en el cruce con la Avenida Paseo Colón, está el edificio ex sede central del Correo Argentino, hoy Centro Cultural Néstor Kirchner (uno de los más grandes del mundo), una manzana entera ocupada por un edificio renovado que conserva el estilo academicista francés.

Estadio Luna Park

En el cruce siguiente, con la calle Bouchard, encontramos a la izquierda el “Palacio de los Deportes”, el estadio “Luna Park”, lugar dedicado en un principio al boxeo: estadio por donde pasaron grandes campeones como Víctor Emilio Galíndez, Santos Benigno Laciar, Carlos Monzón, Natalio “Ringo” Bonavena (que tenía un departamento al lado del Zoológico de Buenos Aires, y a la mañana muy temprano salía al balcón, pegaba un grito, y los leones le contestaban), Alfredo Prada, el “mono” Gatica, Horacio Accavallo (quien durante mucho tiempo tuvo un local de ropa deportiva en el barrio de Constitución), y el gran Nicolino Locche, que tenía la particularidad, cuando combatía, de bajar los brazos y esquivar los golpes sólo con la cintura y el movimiento del cuerpo, obviamente cuanto más nervioso se ponía el rival menos podía pegarle.

Nicolino Locche 

Pero también se realizaban otros eventos: carreras de bicicletas con pista en forma de óvalo, el Holliday on Ice que fui a ver de chico, allí realizaron su espectáculo los Harlem Globetrotters (según me contó mi viejo, en una oportunidad el equipo que hacía de partener se enojó por quedar siempre “pagando” y empezaron a jugar en serio; bueno también los Globetrotters empezaron a jugar en serio, y por supuesto ganaron por goleada, goleada). Y más recientemente empezaron los actos políticos, a algunos de los que también fui, así como a varios recitales.

Puerto Madero desde una ventana de la UCA 

Y así, de frente al Río de la Plata, terminamos nuestro recorrido por la “calle que nunca duerme”.

Y ya que mencionamos a Patricia Sosa vamos a escucharla cantar "Tratando de cambiar el mundo", de Marzullo y Oscar Mediavilla su esposo, del año 1984, con una letra que refleja la herencia de la dictadura y que en muchos aspectos no ha perdido vigencia.





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