domingo, 18 de diciembre de 2016

Día de lluvia, vamos a escuchar un poco de música

Estos videos no tienen que ver con una época, un estilo, o un conjunto o solista en particular; los elegí porque me gustan. Así que espero que a ustedes también les gusten.
Siéntense en el lugar más cómodo, sírvanse algo para tomar, y a escuchar.

Empezamos con "Bring Me to Life" de Evanescence.

Evanescence - "Bring Me to Life"

Seguimos con Björk y este espectacular tema, y su no menos espectacular video: "All is Full of Love".

Björk - "All is Full of Love"

Un clásico de los ochenta, Sade  y "Smooth Operator".

Sade - "Smooth Operator"

Uno de los grandes temas de los Pet Shop Boys,"It's a Sin".

Pet Shop Boys - "It's a Sin"

Un grande, Santana, junto con Rob Thomas en el tema "Smooth". Y, por favor, préstenle atención a los que bailan; esos son latinos bailando, no los que salen en muchos videos de reggaeton.

Santana y Rob Thomas - "Smooth"

Y cerramos con uno de los mejores temas de todos los tiempos y el mejor video musical filmado hasta ahora, R.E.M. y "Losing My Religion".

R.E.M. - "Losing My Religion"

Espero que lo hayan disfrutado.




domingo, 11 de diciembre de 2016

Hoy vemos algunos cuadros de Caspar Friedrich

Caspar David Friedrich nació en 1774 en Greifswald, pequeña ciudad a orillas del Mar Báltico que hasta 1815 formó parte de Suecia, y falleció en 1840 en Dresde.

 Retrato de Friedrich pintado por Gerhard von Kügelgen

En algunos libros de arte se lo menciona como "el pintor de la calma", pero viendo sus cuadros, a mí por lo menos no me producen calma, más bien lo contrario; yo le pondría "el pintor de la quietud", que no es lo mismo.
Muchos de sus cuadros tienen que ver con dos paisajes vastos, uno abierto: el mar, y el otro cerrado: el bosque.

La vastedad y lo misterioso del bosque se ve especialmente en "El cazador en el bosque", donde se observa una pequeña figura humana rodeada por inmensos árboles casi pegados unos con otros, a donde el cazador parece no querer adentrarse; y en "La entrada del cementerio", donde vemos un cementerio en el medio de un bosque con bruma, y dos figuras humanas asomadas a la puerta y que tampoco parecen no querer adentrarse. Este cuadro tiene muchos detalles casi imperceptibles: un foso abierto, lápidas rotas, cruces caídas, dando la impresión de un cementerio abandonado.

"El cazador en el bosque" (Caspar David Friedrich) 


"La entrada del cementerio" (Caspar David Friedrich) 

En varias de sus obras aparece la Luna dando su halo de misterio a la escena, como en: "Marina a la luz de la luna", "Barco naufragado a la luz de la Luna" y, sobre todo, "Hombre y mujer contemplando la Luna".

"Marina a la luz de la Luna" (Caspar David Friedrich) 


"Barco naufragado a la luz de la Luna" (Caspar David Friedrich) 


"Hombre y mujer contemplando la Luna" (Caspar David Friedrich) 

Por otro lado la vastedad del mar se ve en: "El océano glacial", con un mar congelado donde apenas se vislumbran restos de un naufragio, "Niebla", "Marina a la luz de la luna" y "Barco naufragado a la luz de la Luna" que no solo muestran esa vastedad del mar, sino también otra característica de muchos de sus cuadros: la soledad, (también reflejada en su opuesto diurno: "Mujer frente a la salida del Sol").

"Océano glacial" (Caspar David Friedrich) 


"Niebla" (Caspar David Friedrich) 

Hay también una referencia a algo que nos conmueve como seres humanos. No sólo lo inmenso de la Naturaleza y nuestra soledad como individuos (o como grupo) frente a ella. Sino incluso esas ideas de misterio dentro de un bosque o tras una puerta de cementerio, de algo que está más allá de lo cotidiano, o la del infinito de un mar tan profundo como la melancolía de una noche a la luz de la Luna; imágenes que nos tocan y nos abren un horizonte más amplio.

"Mujer frente a la salida del Sol" (Caspar David Friedrich) 

Espero que les haya gustado tanto como me gusta a mí.





domingo, 4 de diciembre de 2016

Notas sobre el café parte III

Los granos, una vez adquiridos en Moka o en la bahía de Al Faqih, eran llevados a Arabia por barco. Algunos piensan que, en un principio, el café era llevado por tierra, por la vieja Ruta de las Especias.
Así el café llegó a la India.
Aunque la India esté más asociada con el té, también tiene cultivos de café. Fue el primer país no musulmán donde el café echó raíces, y lo introdujo el sufí Baba Budan.
Baba Budan peregrinó a La Meca, donde conoció los rituales sufíes con el café, y de allí llevó los granos a la India, a la zona de Mysore, en la parte central del Sur del país.

Mysore

Así que La India quedó más o menos geográficamente dividida en el Norte, con el té, y el Sur, con el café.
En los trenes, el café se servía en pequeñas trazas rústicas de barro que después de usarse se tiraban.
La manera tradicional de prepararlo era: con café en hojuelas, hervidas con leche, azúcar y nuez moscada. Lo cuál resulta en una preparación muy dulce.
Dos de los tres Premio Nobel de la India frecuentaban un café de Calcuta llamado "Sindicato de Cafetaleros de la India"; uno de esos dos, era el famoso escritor Rabindranath Tagore.

Rabindranath Tagore

Los franceses, los holandeses y los etíopes, cada cual a su modo, expandieron el café al resto del mundo; pero la forma moderna de tomarlo se la debemos a Turquía. Ellos controlaron el puerto de Moka en sus días de apogeo.
Un embajador turco llevó el café a Francia, y los comerciantes turcos llevaron el café a las costas del Adriático.
El café llegó a Estambul en la época del imperio otomano. La primera cafetería se abrió hacia el año 1555.
Los cafés eran un lugar de esparcimiento. Fueron los primeros sitios donde se bebía el café fuera de un marco religioso. En algunos se daban funciones de títeres, en otros se leían poesías o se presentaban cantantes.
En muchos locales se preparaba café con mezclas de especias, que incluían pimienta, opio y azafrán, entre otras.
Muchos clientes perfumaban sus tazas volteándolas sobre mirra ardiendo —una práctica habitual entre las beduinas quienes perfumaban sus genitales con mirra antes de tener relaciones—. Otros rociaban las tazas con ánbar, una sustancia negra y aromática que se seca al aire y se vuelve resinosa, y que se extrae del esperma de la ballena; y era ampliamente considerado como afrodisíaco. Éste se utilizaba de dos formas: poniendo una porción en el fondo de la taza y vertiendo el café sobre él, o colocándolo en una cafetera e hirviéndolo junto con el propio café.
De la aceptación del café por la élite turca surgió la forma moderna de beberlo.
El uso indicaba que se tomara en un tazón sin asas, del tamaño de un huevo. Luego, a ese tazón se le agregó un asa y se le llamó zarf. Y del zarf se pasó a la taza actual.
La técnica para preparar el café era la siguiente: se hervía tres veces el café, con agua y azúcar, y se servía con el sedimento, pudiendo agregársele crema. Una vez que se lo bebía, vertían el sedimento (o borra) en un plato y se leía el futuro.

Taza con borra de café

La ceremonia para beber el café de los sultanes y sus invitados —entre ellos, casi siempre, el Primer Ministro del Café—, era especial: llegaba al salón preparado en una cafetera dorada llamada ibrik, colocada sobre brasas de carbón contenidas en un recipiente también dorado, sostenido por tres cadenas unidas en su parte superior, las cuales sujetaba un sirviente. Dos mujeres llevaban bandejas con zarfs de porcelana de Savoy o de China. El Primer Ministro tomaba una taza y la colocaba en un mantel individual, acolchado y de Lino, que también era traído en la bandeja.
Una de las mujeres servía el café en el zarf, tomándolo entre los dedos índice y pulgar, y se lo alcanzaba al sultán y a los invitados con una reverencia.

Cafetera y zarf tradicionales turcos.

A pesar del éxito del café, el sultán Murat IV lo prohibió, así como también las cafeterías; por considerarlas lugares de conspiración.
Una vez muerto este sultán, las actividades relacionadas con el café regresaron; pero el daño estaba hecho: muchos comerciantes habían emigrado a Europa, sobre todo a Italia, Francia y Austria, y de este modo el café llegó al continente europeo.